lunes, 17 de diciembre de 2007

Revelaciones del mundo espiritual a través de la palabra profética del 20/05/1979


“La salida del alma”
Manifestación en Burghausen
20 de mayo de 1979

Primera parte


Queridos hermanos. El maestro espiritual, hermano Emanuel, (el Querubín de la Sabiduría divina, uno de los siete ángeles de la ley del Señor), habla sobre el tema “Salida del alma”:

«Sólo unas palabras y en seguida paso al tema. Lamentablemente el mundo espiritual siempre tiene que repetir las cosas. Verdades divinas que ya fueron a menudo exhortadas, tienen que ser repetidas para que cada uno pueda comprender el fundamento de su vida.

En cada hombre hay un segundo cuerpo, este cuerpo lo llamamos alma. Será llamado “alma” hasta que esté completamente libre de toda culpa de la Tierra. Sólo entonces el alma es el florecido ser espiritual, por el que respira el Espíritu etéreo absoluto, Dios, nuestro Padre Eterno.

El alma está viva en el hombre, sus fluidos viven en todos los órganos del hombre. El lugar principal del alma está cerca de la glándula pituitaria. En ella está el Espíritu vivo, es la fuerza de la corriente primaria, que activa los centros de conciencia situados en la espalda. De estos centros de conciencia salen ramificaciones y se esparcen. Son los niveles inferiores de los niveles básicos de la vida, pues los cielos están divididos siete veces en siete niveles. Ya que toda alma lleva dentro de sí los bienes cósmicos, posee todos los niveles, o sea, que tiene que activar todos los planos celestiales, para volver ser un espíritu perfecto. Así que el árbol de la vida, unido al alma del hombre, es el segundo espíritu, que es de materia fina.

Desde el lugar principal “alma” corren continuamente corrientes hacia los centros de conciencia, es decir, el tronco del árbol y las ramificaciones. Cuando el cuerpo etéreo, el alma del hombre, empieza a separarse de éste, tiene que sacar todas las corrientes, todo el árbol de la vida, para poder liberarse del hombre.

A través de algunos ejemplos quiero explicar la salida del alma:


No hay para ello ninguna norma, cada persona, y así cada alma, es guiada individualmente, según lo cargada que esté. O sea, que en cada hombre está el alma, que almacena el modo de vida del hombre. Esto significa que todos los sentimientos, pensamientos, palabras y actos son recogidos por el libro de la vida que es vuestra alma. El alma misma es magnética y recoge en sus partículas de vida todas las vibraciones que emitís, incluidas vuestras sensaciones, que también son vibraciones. Vuestra aura es el reflejo de vuestra alma.

Dirijo vuestros pensamientos a un hombre unido a Dios, es decir, un hombre que reconoce en sí mismo a Dios, la fuerza de la vida, que también sabe que el amor creador se encuentra en todo ser y especialmente en cada alma. Ya que el alma fue dada y creada por la palabra creadora Todopoderosa, lleva dentro de sí todas las formas de vida de la creación de Dios. Este hombre consciente, entregado a Dios, está continuamente unido al centro de toda existencia, es decir, con el Cristo de Dios, que vive por la Omnipresencia en cada alma. El alma misma reacciona igual que el hombre a los fluidos de vida internos, es decir, a los impulsos del Espíritu de Cristo. Años antes recibe el alma estos impulsos, que son: “Sepárate paulatinamente del cuerpo humano”. Ondas de luz especiales fluyen en el alma y al árbol de la vida del hombre, para que se pueda realizar el proceso de separación. Muy poco a poco saca el alma las ramificaciones, los fluidos de la vida, y esta fuerza la toma dentro de sí, en su estructura de partículas.


En cuestión de años se puede realizar la recogida de la vida. El hombre siente más o menos estos cambios: de vez en cuando funciona mal la circulación, luego vuelve a estabilizarse, aquí y allá hay un órgano que no va bien, el hombre se debilita más y más. Un hombre consciente de Dios siente que el Señor está llevando su ser interno “a Casa”.



Continúa...

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